LA ESTRATEGIA DOMÉSTICA

En una entrevista reciente Òscar Abril afirmaba que “hoy en día el qué es menos importante que el cómo.” Probablemente esto se deba, como dijo Jaime Conde-Salazar, porque determinados marcos como teatros, festivales y planes de políticas culturales “consiguen retirar, con una eficacia insólita, la capacidad política de cualquier propuesta artística.” “La estrategia doméstica” es un encuentro donde se muestran piezas en entornos caseros y se establece a la vez un espacio de debate. Es cierto que las casas particulares tampoco constituyen un espacio utópico que pueda desmarcarse de todo lo existente. Como escribe Jérôme Lefaure, “los espacios de creación y exposición comerciales, institucionales y domésticos tejen entre sí unas relaciones directas o indirectas”. En este caso, ¿por qué promover un encuentro en espacios caseros? A pesar de que las piezas domésticas también puedan terminar en las programaciones de festivales, trabajamos con la hipótesis de que se trata de una estrategia que puede resultar fructífera por varios motivos. En primer lugar, desde el hogar se acerca el trabajo artístico a la cotidianidad de la que todos participamos y, gracias a la proximidad, se potencian relaciones directas entre artistas y público. En este sentido, es una manera de combatir las expectativas y dinámicas que genera por sí solo el marco del teatro, la galería o el centro de arte. Sin embargo, este encuentro pone el énfasis en el “cómo” que citamos al principio más allá del carácter doméstico. Se trata de un acontecimiento autogestionado sin ánimo de lucro donde nadie cobra y donde con toda probabilidad se generarán pérdidas. Tal y como declara Nicolas Bourriaud, “el fracaso global de la modernidad se descubre a través de las relaciones humanas devenidas producto, de la pobreza de las alternativas políticas y de la desvalorización del trabajo como valor no económico”. Por este motivo, como especifica el mismo autor, resultan especialmente interesantes los “espacios-tiempo regidos por una economía que está más allá de las reglas concernientes a la gestión de públicos”. Por supuesto, la presentación de trabajos artísticos en entornos domésticos no es nada nuevo ya que innumerables artistas -de Schubert a Brossa- han empleado el hogar como espacio de exhibición. Pero eso no impide que esta estrategia conserve una potencialidad tanto formal como ideológica que deseamos explorar en relación con el momento que vivimos.  Un encuentro organizado por Sergi Fäustino y Quim Pujol

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