Asistimos en la Sala Apolo al soberbio espectáculo del que fuera intérprete, y ahora se ha pasado a la creación con mayúsculas, Juan Navarro: Agrio Beso. Una performance especial que añora tiempos pasados y que habla con la poesía loca que surge de los carajillos y de los lingotazos de ron.
Corcobado, su padre y él.
Al final se acercó y me dió un beso.
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